Sigilosamente y en plena madrugada, precedido por el 'boom' sónico que ha presagiado durante 30 años su regreso a Tierra, el último transbordador espacial ha regresado sin incidentes a Cabo Cañaveral. El Atlantis puso fin a la última de las 135 misiones del 'shuttle' y se convertirá en los próximos meses en 'carne de museo': máxima atracción turística del Centro Espacial Kennedy, que acaba de cerrar uno de los capítulos más largos, inciertos y acidentados de su historia.
"El horizonte espacial se va a ensanchar en los próximos años", declaró el comandante Chris Ferguson, al frente de la tripulación de cuatro astronautas (Dough Hurley, Sandra Magnus y Rex Walheim) que tranportaron 4.000 kilos de equipamiento y suministros a la Estación Espacial Internacional y que figuran ya en los libros de historia como los últimos tripulantes del transbordador espacial. "América no dejará de explorar el espacio", aseguró.
Ajeno al pesimismo que se ha apoderado de la NASA en los últimos meses, con los 7.000 despidos que supondrá el carpetazo final del 'shuttle', el comandante Ferguson intentó inyectar savia nueva en la carrera espacial en sus últimas horas de misión: "Lo que haremos ahora es entregar el testigo a nuestros socios comerciales".
El futuro de la carrera espacial
"Vamos a contar con nuevas y apasionante oportunidades para volar al espacio", terció en órbita el especialista Rex Walheim, en una de las últimas comunicaciones antes de emprender el regreso. De momento, y hasta que las compañías privadas Space X y Orbital Sciences desarrollen sus programas de naves tripuladas, la NASA va a tener que 'alquilar' la nave rusa Soyuz para manda a sus astronautas al espacio.
La tripulación del STS-135 despertó de madrugada con un tema elegido para la ocasión, 'Fanfare for the Common Man' de Aaron Copland, en honor al comandante Ferguson. Tras completar una simulación de aterrizaje por ordenador y comprobar el funcionamiento de todos los dispositivos de la nave, el Atlantis se desenganchó de la órbita y entró sin mayores problemas en la atmósfera terrestre.
El transbordador espacial fue puntualísimo y tocó la pista del Centro Espacial Kennedy a las 5.58 de la madrugada hora local (11,58 de la mañana en España) tras completar una misión de 13 días.
Tras el aterrizaje del Atlantis, han concluido tres décadas del programa espacial de vuelo de la NASA, pero la misión STS-135 también marca el final de las operaciones de apoyo de los transbordadores a la ISS.
La estación continuará operando hasta, al menos, el año 2020, pero serán las naves rusas Soyuz las que abastezcan al complejo orbital hasta que Estados Unidos tenga una nave de reemplazo, cuyo desarrollo ha confiado la NASA al sector privado.
Fuentes http://www.elmundo.es/elmundo/2011/07/21/ciencia/1311235686.html
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