viernes, 18 de febrero de 2011

Cartas de un astrofísico a un lector: El nacimiento de las estrellas - Andrés Moya / Nuria Huélamo


Estimado Jairo:
¿Cómo está? ¿Le sorprende que le escriba? No me extraña después del tiempo transcurrido desde su pregunta. Discúlpeme, he estado muy ocupado con las peticiones de proyectos.
Ayer por la noche estaba en mi pueblo favorito mirando el cielo cuajado de estrellas cuando una cuestión irrumpió en mi cabeza, la suya. Le debo una explicación sobre lo que sabemos de la formación estelar… y sobre lo que no sabemos. Estamos ante una de las áreas con más margen de progresión de la Astrofísica.
Los investigadores dividen los posibles escenarios de formación estelar dependiendo de la masa de la estrella que se forma. Y todas las estrellas nacidas en la misma maternidad tienen un origen compartido.
Érase una vez una nube de gas y polvo… ¿de dónde salió este material? Pudo aparecer como consecuencia de la creación de los primeros elementos químicos momentos después del Big Bang. Estas nubes primigenias estaban principalmente compuestas por hidrógeno y helio, además de por cantidades muy pequeñas de algunos elementos ligeros. Pero también es posible que procediera de la muerte de una estrella, en cuyo caso la nube contendría en su interior elementos pesados. Dichos elementos, necesarios para la vida, se fabrican únicamente en el núcleo de las estrellas durante su evolución y éstas los liberan al morir al espacio interestelar. Acorde con esta premisa, los sistemas planetarios en los que se encuentran dichos elementos, como el Sistema Solar, tienen ciertamente su origen en los restos de la explosión de una estrella.
Pero una nube es incapaz de generar estrellas por sí misma en ausencia de una perturbación. Afortunadamente, casi nada en la naturaleza es estático, siempre hay algo que se mueve. Entre los mecanismos que suponemos capaces de crear la alteración necesaria para activar la formación de estrellas, hay uno muy interesante que no me resisto a contarle.
Fuentes y leer resto del articulo
www.caosyciencia.com/ideas/articulo.php?id=180211

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