lunes, 29 de junio de 2020

El cielo de verano es uno de los más bonitos de todo el año

Crédito y Copyright de la imagen: Stellarium https://stellarium.org/es/
El cielo de verano es uno de los más bonitos de todo el año, quizá porque tenemos a la vista la zona central de nuestra Galaxia. Vamos a describirlo brevemente, mirando hacia el sur y tras finalizar el crepúsculo.
Justo mirando al sur, cerca del horizonte, se alza el Escorpión, con su inconfundible figura en forma de amplia letra «S» y su brillante estrella Antares, fácilmente distinguible por su marcado tono anaranjado-rojizo. A la izquierda de esta constelación se halla la de Sagitario o el Arquero, conocida entre los astrónomos aficionados como «la Tetera». Y aún más a la izquierda, es decir hacia el este, aparece Capricornio, de la que hablaremos el próximo otoño. A la derecha del Escorpión, o sea, al oeste, tenemos Libra, que en otro tiempo formaba las pinzas del arácnido, aunque no destaca demasiado por no contener estrellas brillantes. Encima del Escorpión se encuentra la extensa constelación de Ofiuco, el Serpentario, rodeada por la Serpiente, con la cabeza al oeste (Serpens Caput) y la cola al este (Serpens Cauda). Junto a esta última se afinca la pequeña constelación del Escudo (Scutum), visible como un conjunto de estrellas apelotonadas en una pequeña región de cielo, entre Sagitario y el Águila.
Alto en el firmamento, encima de Ofiuco, se ubica Hércules, reconocible principalmente por 4 estrellas que forman un tosco cuadrilátero, conocido como la Piedra Angular, cuyo lado más occidental contiene el maravilloso cúmulo M 13, visible con prismáticos. Al oeste despunta la brillante estrella rojiza Arcturus, perteneciente a la constelación del Boyero. Entre ella y Hércules llama la atención un conjunto de estrellas que conforman la figura de un semicírculo: es la constelación de la Corona Boreal.
Al este de Hércules sobresalen tres estrellas blancas bastante distantes entre sí, que al unirlas imaginariamente comprobamos que delinean un enorme triángulo. Es el llamado «Triángulo del Verano», cuyos vértices vienen marcados por Vega (la más brillante del trío), Altair y Deneb, que son las estrellas más prominentes de las constelaciones de Lira, Águila y Cisne, respectivamente. El Cisne destaca en los cielos estivales como una enorme cruz colocada hacia el interior del citado triángulo y enmarcada en pleno corazón de la Vía Láctea, esa franja luminosa que cruza el firmamento y que popularmente recibe el nombre de «el Camino de Santiago». Entre el Cisne y el Águila, que también está inmersa en la Vía Láctea, residen las pequeñas constelaciones de la Flecha (Sagitta), el Delfín (Delphinus) y la Raposa (Zorrilla), compuestas por estrellas poco luminosas pero con objetos de interesante contemplación.
No desaprovechéis las mágicas noches veraniegas... felices observaciones estivales...
#ObservaelCieloPlanetariodeMadrid
Crédito y Copyright de la imagen: Stellarium https://stellarium.org/es/
CGA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario