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domingo, 2 de febrero de 2014

Canarias aspira a ser sede de la mayor red de telescopios de rayos gamma

Recreación de telescopios de rayos gamma Cherenkov

El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) aspira a ser la sede de la mayor red de telescopios del hemisferio norte de rayos gamma, la forma más energética de radiación electromagnética que provienen de algunos de los eventos más violentos del cosmos, como las explosiones de supernovas, estrellas de neutrones y agujeros negros.

La Red de Telescopios Cherenkov (CTA), un proyecto en el que participan 27 países, tiene como objetivo la construcción de dos observatorios de rayos gamma, uno en cada hemisferio, que serán los mayores del mundo, diez veces más potentes que los actuales telescopios de su clase. Con esta tecnología se tratará de responder a dos preguntas claves: ¿de dónde provienen los rayos cósmicos y qué es la materia oscura, ese desconocido ingrediente que compone el 85% de toda la materia del universo.

La candidatura española competirá con Arizona (EEUU) por la sede del hemisferio Norte del CTA. También sigue vigente la candidatura de México, pero las primeras evaluaciones no han sido del todo favorables. El comité evaluador del consorcio internacional visitará este mes de febrero las instalaciones en el Observatorio del Teide en Tenerife y la decisión final se dará a conocer en abril, según avanzó el director del IAC Rafael Rebolo.

"Nuestra candidatura en el Observatorio del Teide está en competencia con Arizona en Estados Unidos. México todavía está en la competición, pero ha quedado un poco desmarcado por las condiciones de temperatura muy bajas en el sitio propuesto, que no son claramente compatibles con la estructura del telescopio. Nosotros si que tenemos un sitio que compatible con todos los requerimientos de las instalaciones y parece ser que Arizona también", apuntó el director del IAC.

Entre las ventajas de la candidatura canaria, Rebolo citó el hecho de contar con un observatorio, el del Teide, que lleva en funcionamiento más de 40 años. "Conocemos muy bien las cualidades de un sitio de observación que es reconocido mundialmente desde hace muchas décadas. Tenemos muy controlados todos los parámetros de temperatura, viento, humedad, de noches despejadas... El comportamiento está absolutamente registrado gracias también a que muy cerca está el observatorio meteorológico de Izaña que registra todas estas variables".

Una información tan exhaustiva constituye un parámetro de calidad a valorar por el consorcio internacional. "Otras posibles ubicaciones no están tan exploradas y tan bien caracterizadas".

Otra de las ventajas de Canarias es su accesibilidad respecto a Europa, donde se encuentra el 80% del consorcio internacional. "Por tanto, se reduciría considerablemente los gastos de viaje que durante muchos años se acumulan para poder explotar una instalación científica".
A ello se le suma el entorno en el que se ubicaría el CTA, "al lado de un centro de investigación como es el IAC, a menos de 45 minutos en coche de un centro de investigación avanzado, con muchos servicios científicos y tecnológicos y en un campus universitario donde además existe la Facultad de Ciencias Físicas y, por supuesto, en Gran Canaria, las escuelas universitarias de Ingeniería que pueden nutrir perfectamente servicios".

Rafael Rebolo apuntó que dicho entorno es un elemento diferenciador con respecto al resto de candidaturas, en ambos hemisferios. "Las del hemisferio Norte, como Arizona e incluso México están en núcleos muy aislados, de difícil acceso a servicios de mantenimiento, de reposición, e incluso a la actividad científica que es vital en el IAC. Creo que son bazas de carácter objetivo muy importantes a tener en cuenta. En esta última visita del comité evaluador, que se celebrará a mediados de febrero, lo vamos a dejar muy patente", subrayó el científico.

Si el consorcio internacional finalmente se decanta por la candidatura española, el observatorio se construirá en unos terrenos al borde del Parque Nacional del Teide, de un kilómetros cuadrado de superficie, actualmente propiedad del Ministerio de Defensa. "Esta nueva generación de telescopios de rayos gamma requiere de un espacio muy amplio y plano que se tiene aquí en Tenerife. Hemos propuesto estos terrenos propiedad del Ministerio de Defensa al que hemos solicitado que nos lo cedan temporalmente para hacer ciencia, y hemos hallado muy buena predisposición para que esa área de un kilómetro cuadrado nos sea cedida y y gestionada durante un tiempo por el Observatorio del Teide del IAC".

En el caso de que la balanza se incline por la candidatura española, el Astrofísica de Canarias deberá llegar a un acuerdo con el Gobierno estatal y el autonómico para iniciar las actuaciones que permitan la instalación del observatorio, que estará compuesto por unos 20 telescopios de diferentes tamaños (entre seis y 25 metros de diámetro), que permitirán cubrir un amplio rango energético del espectro de los rayos cósmicos. "Tenemos capacidad para recibir en dos años los primeros telescopios, y luego ir progresivamente recibiendo el resto, porque no hay que hacer un esfuerzo extraordinario, solo llevar electricidad y comunicación, fibra óptica para poder transmitir datos, siempre respetando el entorno, el resto lo tenemos al lado, en nuestro Observatorio. Por nuestra parte, la instalación podría habilitarse en tiempo récord".

Rebolo explicó que los telescopios de rayos gamma estudian uno de los fenómenos energéticos más importantes y más violentos que se dan en el universo (supernovas, fusión de estrellas de neutrones, absorción de estrellas por parte de agujeros negros, colisión de agujeros negros con otras estrellas de neutrones...). "Los telescopios nos permiten cuantificar la energía emitida en estos procesos, en este dominio de rayos gamma, y trazar la trayectoria para identificar de donde procede, que ha sido durante muchos años el gran desafío".

Rebolo: "Tenemos el apoyo decidido del Gobierno de Canarias a la candidatura"

En la balanza de la decisión final de la ubicación de la red de telescopios CTA, un criterio de peso es el financiero, los costes de construcción, comunicaciones y lo que cada país esté dispuesto a gastar en infraestructura y equipamiento.

La candidatura del Instituto de Astrofísica de Canarias tiene el apoyo del Gobierno regional y, aunque no existe un compromiso financiero explícito, también cuenta con la atención del Estado, según apuntó Rafael Rebolo, director del IAC. "El director de la Agencia Canaria de Investigación, Juan Ruiz, nos ha manifestado el apoyo decidido a la candidatura del IAC e incluso se ha ofrecido a preparar y ayudar al consorcio con inversiones en Tenerife, si se decide instalar el Observatorio aquí", apuntó Rebolo. "Una decisión de este tipo tiene ventajas importantes para Canarias, no solo en generación de empleo, sino por los beneficios de su funcionamiento".

El director del IAC recordó que el consorcio internacional del CTA invertirá unos 4 millones de euros al año para su funcionamiento, durante 30 años, lo que supondrá una inversión aproximada de cien millones de euros en Canarias.

La Secretaría de Estado de I+D+i comunicó por carta su respaldo a la candidatura canaria; y ahora solo queda por saber la decisión del Gobierno de España de contribuir financieramente al desarrollo científico-tecnológico que el país debe hacer para estar en el consorcio internacional.

sábado, 8 de octubre de 2011

"Somos hijos de las estrellas"


La mayor parte del Universo es de hidrógeno y helio. Pero, entonces, ¿de dónde salen el oxígeno, el hierro o el calcio que los seres vivos necesitan para campar por la Tierra? Los astrofísicos aseguran que alguna vez nacieron en el interior de una estrella

No hay ninguna duda. Somos hijos de las estrellas, en el sentido más literal". Una reflexión tan poética como contrastada de Artemio Herrero, investigador del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC). Él y otros científicos estudian cómo nacen y mueren estos faroles que han fascinado a los seres humanos desde el principio de los tiempos. Esta semana han recibido la buena noticia de que su trabajo se verá reforzado por los fondos de la distinción Severo Ochoa a la excelencia investigadora, que el Ministerio de Ciencia e Innovación ha concedido al centro. 
Por una serie de procesos físicos, esos materiales salen a la superficie de la estrella y, finalmente, por otros mecanismos, estalla en una supernova y los lanza al espacio. "Cuando esos componentes se dispersan en el espacio, contaminan el material original, y cada vez se va acumulando mayor cantidad de esos elementos nuevos. Al final, gracias a ellos, se forman otras estrellas; y alrededor de ellas surgen sistemas planetarios", enumera el experto.

Es decir, que de la explosión de estos inquietantes astros y de su ciclo vital nacen las nuevas estrellas y sus planetas, que están compuestos por esos elementos que, en su día, estuvieron en el interior de una hermana mayor. "No nos cabe la menor duda de que, aparte del hidrógenos que contienen nuestros cuerpos, todo lo demás, con seguridad ha estado en el interior de una estrella hace mucho tiempo", asevera el astrofísico, que está convencido de que "la ciencia tiene un gran componente poético". Y lo demuestra. "Usted seguramente ha estudiado en el colegio que los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren. Pues las estrellas nacen, crecen, mueren y se reproducen. Es decir, que dejan su impronta al morir para la siguiente generación". Pura lírica.

Las estrellas, además de haber regalado la vida a los terrícolas, les permiten observar el espacio. "Son los componentes básicos del Universo que observamos, porque generan la luz detectamos con los telescopios". Ese efecto linterna se aprecia de distintas maneras. "Puede ser una luz que nos venga directamente de la estrella, o que ilumine con su energía una determinada región, y gracias a eso la veamos. En otras ocasiones su campo gravitatorio hace que la materia caiga sobre ellas haciéndose visible para nosotros... En cualquier caso, son los grandes motores del Universo que conocemos, porque producen la energía que da lugar a todo lo que vemos, y hacen evolucionar el Universo", aclara Herrero.

El origen de algunas estrellas es aún una incógnita, sobre todo, el de las más grandes. "Sabemos que hay algunas que son 100 veces más masivas que el sol. Son las más grandes, las más potentes y las más escasas". Estas gigantescas bolas de fuego son escurridizas, porque, aunque parezca paradójico, cuanto más masiva es una estrella, menos tiempo vive y, por tanto, más difícil es de observar.

Aun así, Artemio Herrero cree que "aún no hemos tropezado con una puerta infranqueable en la investigación de las estrellas", y por eso, se ha propuesto no dejar de mirarlas.

Fuentes : http://www.laprovincia.es/sociedad/2011/10/08/hijos-estrellas/406412.html

martes, 4 de octubre de 2011

Premio Nobel de Física de 2011 a tres astrónomos por "sus descubrimientos sobre la aceleración de la expansión del Universo a través de sus observaciones de supernovas muy distantes"

                                           Los restos una supernova. | NASA / AFP
La Real Academia de Ciencias de Suecia ha concedido el Premio Nobel de Física de 2011 a tres astrónomos por "sus descubrimientos sobre la aceleración de la expansión del Universo a través de sus observaciones de supernovas muy distantes". El 50% de los 10 millones de coronas suecas (más de un millón de euros) es para el estadounidense Saul Perlmutter y la otra mitad se repartirá entre el australiano-estadounidense Brian Schmidt y el también estadounidense Adam G. Riess.

"Han estudiado varias docenas de explosiones de estrellas, llamadas supernovas, y han descubierto que el Universo se está expandiendo a un ritmo cada vez mayor", dijo el comité del Premio Nobel de Física.

El hallazgo de ese aumento de velocidad, en 1998, fue una sorpresa incluso para los dos equipos, que llegaron a la misma conclusión de forma independiente. Uno de ellos era el dirigido por Saul Perlmutter, que llevaba sobre el asunto desde 1988. El otro, desde 1994, por Brian Schmidt, con quien trabajaba Adam Riess. Ambos grupos competían por localizar las supernovas más distantes, es decir, las explosiones de estrellas que se producen cuando llegan al final de su vida.

Saul Permutter, Adam Riess y Brian P. Schmidt, los ganadores del Nobel de Física

Telescopios de tierra y espaciales

Para ello, utilizaron los más sofisticados telescopios, tanto en tierra como en el espacio. El Comité del Nobel recuerda que los nuevos sensores de proyección de imágenes digitales (CCD), cuyos creadores ya fueron premiados en 2009 en esta categoría, fue de gran ayuda en esa exploración cósmica.

Los astrónomos se centraron en un tipo de supernovas llamadas Ia. Son explosiones de unas enanas blancas, restos de otras estrellas que han completado su ciclo normal de vida y han cesado su fusión nuclear y que suelen ser pesadas (como el Sol), pero pequeñas (como la Tierra).

En concreto, enfocaron su interés hacia 50 supernovas muy distantes con una luz débil, en contra de lo previsto, una prueba de que la expansión del Universo se estaba acelerando.

El jurado del Nobel recuerda que hace ya un siglo que se sabe que el Universo se expande desde que tuvo lugar el Big Bang (la Gran Explosión), hace cerca de 14.000 millones años. Pero no se sospechaba que se aceleraba.
Un Universo helado

Una de las consecuencias es que el Universo acabará helado. Se cree que es la misteriosa energía oscura la que provoca esta aceleración, pero de momento este uno de los grandes enigmas de la física, aunque supone tres cuartas partes del Universo conocido.

Los astrónomos españoles se han felicitado de este premio. Rafael Bachiller, director del Observatorio Astrónomico Nacional, considera una "gran noticia" el Nobel para quienes han puesto sobre el tapete el problema de la energía oscura. "Aún desconocemos las consecuencias de este hallazgo", señala a ELMUNDO.es.

Por su parte Rafael Rebolo, del Instituto de Astrofísica de Canarias, argumenta que "el Nobel ayudará a afianzar investigaciones futuras sobre el enigma de eso que se llama energía oscura que hace que las galaxias se separen cada vez más deprisa". En este sentido, menciona la posible futura misión de la Agencia Espacial Europea (ESA), bautizada como'Euclides', cuyo objetivo es precisamente observar este fenómeno.

El Nobel en esta categoría se ha otorgado ya 104 veces. El más joven de los galardonados fue Lawrence Bragg, quien sólo tenía 25 años cuando logró el deseado premio, en 1915. De hecho, Bragg es el Nobel ha sido el de menos edad en cualquiera de las seis categorías existentes.

En la edición del año pasado, la Real Academia premió a Andre Geim y Konstantin Novoselov por ser pioneros en el desarrollo de un nuevo material bidimensional, el grafeno, que está siendo de gran utilidad en dispositivos electrónicos, como ordenadores, pantallas táctiles y placas solares, que gracias al grafeno son más flexibles y más eficientes.

El primer Nobel de la semana ha sido el Nobel de Medicina, que ayer lunes otorgó la academia al biólogo Ralph Steinman, de la Universidad Rockefeller, y a los científicos Bruce Beutler y Jules A. Hoffmann. Steinman, premiado por ser un pionero en el campo de las vacunas (descubrió las células inmunes llamadas dentritas) había fallecido el pasado viernes, convirtiéndose en el primer Nobel póstumo de la historia.

martes, 25 de enero de 2011

Betelgeuse y el segundo sol de la Tierra

Distintos medios repiten por internet la absurda noticia de que nuestro planeta tendrá una segunda estrella durante un par de semanas antes de 2012


Wikimedia.La supergigante roja Betelgeuse se encuentra a 600 años luz Distintos medios online y algunas webs especializadas en ciencia han publicado que la Tierra podría tener un segundo sol antes de 2012 y al menos durante un par de semanas, cuando la estrella supergigante roja Betelgeuse, una moribunda que tiene unas veinte veces la masa del astro rey, estalle por fin como una supernova. La noticia, con versiones más o menos llamativas y más o menos distorsionadas, se atribuye a Brad Carter, investigador de la Universidad del Southern Queensland en Australia, aunque lo cierto es que el científico nunca llegó a tanto.

Por fortuna, otros medios han puesto algo de cordura. Betelgeuse puede explotar en cualquier momento, pero el estallido final puede ocurrir mañana o dentro de miles de años. Además, está situada a 600 años luz de la Tierra, por lo que sería bastante brillante, «pero difícilmente tan brillante como para convertirse en un segundo Sol», explica en Discovery Channel Phil Plait, astrónomo que ha trabajado durante diez años en el telescopio espacial Hubble. Ni siquiera tendría el brillo de la Luna llena, aunque sí destacaría más que Venus. Y por supuesto, su explosión no puede afectar a nuestro planeta. Está demasiado lejos.
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